Camelias de Japón
Al hablar de las camelias de Japón (Camellia japonica) hablamos de la especie más conocida y más popular dentro del género Camellia. Éstas también son llamadas rosas de Japón. Muchas de estas especies tienen más de 500 años de antigüedad.
La historia de la camelia de Japón es muy curiosa. Pese a su nombre, primeramente esta planta fue cultivada en China, aunque en Japón tuvo una popularidad increíble principalmente durante el período Edo, donde jugaba un papel importante en la ceremonia del té.
Las camelias llegan a Europa por dos caminos diferentes. Primeramente fueron los comerciantes portugueses quienes las importaron de Japón en el siglo XVI. Dos siglos más tardes fueron los británicos los que las exportan desde China.
No obstante, el auge de las camelias de Japón en Europa se da durante la primera mitad del siglo XIX. Posteriormente éstas pasarían al olvido, hasta la aparición del primer híbrido en 1930.
Más allá de su historia, hablar de las camelias de Japón es hacerlo de un arbusto de hoja perenne y brillante follaje que florece en invierno (de enero a abril). Sus corolas de pétalos carnosos son muy decorativos, tanto para jardines como para ramos de flores. El crecimiento de estas plantas es muy lento, y necesitan suelos ácidos y un ambiente muy fresco.
Si quieres crear un jardín con las camelias de Japón como principal atracción, éstas puedes combinarlas con otras plantas amantes de los suelos ácidos como las azaleas o los rododendros. Para cubrir el suelo puede hostas, brezo o gaulterias.
En su hábitat natural las camelias de Japón pueden llegar a medir hasta 9 metros de altura. Existen más de 2.000 híbridos, aunque sus colores más comunes son el rosa, el blanco, el rojo o flores con manchas de varios colores. La forma de sus flores sí que es más variada.
Su periodo de floración es de los más largos dentro del género de las camelias, ya que los brotes florales se abren unos tras otros, y sus flores alegran el jardín incluso durante los meses de invierno. Como vemos es una planta muy resistente. Cultivada al exterior puede soportar temperaturas de hasta -20 grados, aunque si está plantada en maceta no soportará menos de -5 grados.
